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08
09.2017

Hollywood, sexo y tenis: una combinación ganadora

Tras la II Guerra Mundial, ningún deporte creció de forma tan exponencial como el tenis en los Estados Unidos.

Acabada la II Guerra Mundial, ningún deporte como el tenis, y ninguna sociedad como los clubes de tenis, amalgamó en los Estados Unidos conceptos como glamour, presencia, notoriedad y relación social. Las grandes ligas de béisbol, fútbol americano, baloncesto y hockey hielo, alimentadas por la vitalidad del deporte universitario, seguían fabricando sus leyendas, pero el tenis era otro concepto. Se convirtió en un deporte para todos y a todas horas, non-stop de lunes a domingo.

Varios factores forjaron esa fuerza social del tenis, que adquirió una salud extraordinaria de norte a sur y desde el Pacífico al Atlántico. Las estrellas de Hollywood abrazaron la raqueta, con toda la carga mediática que eso suponía, y que se reflejó incluso en multitud de películas. Jugaban al tenis los presidentes del país y la elite financiera.

Las estrellas de cine y los presidentes del país abrazaron la raqueta, con toda la carga mediática que suponía.

Estados Unidos, gracias a la televisión, los mánagers y un elenco de jugadores líderes, convertía a sus torneos, de forma capital el US Open, en productos de marketing de gran atracción para los patrocinadores. La moda diseñaba vestimentas que se agotaban en el mercado y, principalmente, junto al golf, el tenis fue abrazado por el ladrillo. Las nuevas zonas de recreo vacacional, en especial Florida y California, se llenaban de Resorts en los que el club, las pistas de tenis y los links, eran el reclamo perfecto para nuevos propietarios.


En 1973, cuando Forest Hills, un gigante en su época, ya se estaba quedando pequeño para el US Open, 35 millones de estadounidenses jugaban el tenis, de los que 24 millones lo hacían con asiduidad. La mitad de los nuevos jugadores que abrazaban al tenis como deporte eran mujeres. Las ventas de raquetas alcanzaron los 230 millones de dólares, las de pelotas 100 millones y otros 200 millones los accesorios relacionados. Unos 500 millones de dólares se invirtieron en la construcción de nuevas pistas. La USTA invirtió ese año 10 millones de dólares en la promoción de sus torneos y su cobertura televisiva.
 


 

Hollywwod aportó mucho a la locura por la raqueta. Cine y tenis ya formaban un matrimonio sólido en época de Harold Lloyd, quien en 1920, en el film Haunted Spooks, incorporó escenas de partidos de dobles. El tenis aparecía en películas protagonizadas, entre otros, por Katherine Hepburn, Charlton Heston, Spencer Tracy o Bette Davis. Alfred Hitchcock escribía guiones con el tenis como protagonista. Rita Hayworth contrató al profesor Tommy Burke para mejorar su tenis antes de contraer matrimonio con el Príncipe Ali Khan. En las pistas de Beverly Hills jugaban Charles Chaplin, Groucho Marx y JFK y Jacqueline Kennedy también aparecían con la raqueta en la mano.

Lex Barker, que sustituyó a Jonny Weissmuller en el papel de Tarzán en la época de los 50, fue el mejor actor-tenista de Hollywood. Según una voz tan autorizada como la de Frank Parker, el nuevo Tarzán tenía el mejor servicio que jamás había visto. Lex se formó en el Bedford Golf and Tennis Club, entidad en la que fue campeón en ambos deportes, y llego a ser el mejor tenista en UCLA.
 


Ginger Rogers jugó el doble mixto del US Open de 1950 junto a Frank Shields, padre de Brooke Shields y primera esposa de Andre Agassi. Ginger y su pareja de baile en el cine, Fred Astaire, rodaron varias escenas de tenis. Todo lo que relacionara al tenis vendía. En una de las escenas de El Apartamento (Billy Wilder, 1960), aparece Jack Lemon preparando en la cocina un plato de espaguetis para Shirley MacLaine. A falta de herramientas de cocina, Lemon utiliza una raqueta encordada para escurrir la pasta. Hollywood incluso contrato al profesor Frank Feltrop para preparar a algunos artistas antes de las grabaciones de escenas de tenis de distintas películas. Entre lo que fueron sus alumnos destacaron Mickey Rooney y Walter Pidgeon.

En 1976, las librerías estadounidenses estaban repletas de libros de técnica y consejos para jugar al tenis y, de manera muy especial, para lo que entonces era un boom social: la prueba de dobles mixtos. El poster más vendido era Tennis Girl, una foto hecha ese año por Marton Elliot a su novia Fiona Butler, en la que ella posaba de espaldas y con su mano izquierda se levantaba el vestido apreciándose la ausencia de ropa interior. Justo cuando Woodie Allen y Diane Keaton rodaban en una pista de tenis la escena del inicio de su noviazgo en Annie Hall, y coincidiendo con la disputa del US Open, la revista Time lanzó una portada titulada Tenis y Sexo.

El reportaje comenzaba con una significativa frase de Herbert Hendin, psiquiatra de la Universidad de Columbia. “Viendo a una pareja jugando el doble mixto, conoces exactamente si les irá bien juntos”, afirmaba el psiquiatra. El reportaje aportaba muchos testimonios e incidía en el boom de los partidos y torneos de dobles mixtos, que hacían furor durante los fines de semana y eran un catalizador tanto de futuros matrimonios como de divorcios.

Los clubes de tenis se habían convertido en un lugar vital para ligar. En el reportaje incluso se daban consejos de lo que hacer y no hacer durante un doble mixto, distinguiendo si eras hombre, mujer, matrimonio o simplemente amigos. También explicaba que, muchas de las piscinas anexas a las pistas de tenis, se construyeron para poder espiar discretamente a maridos y esposas mientras jugaban los mixtos con distinta pareja.

El deporte de la raqueta también recaló en la popular revista Playboy. Hugh Marston Hefner, fundador y editor de la publicación, construyó pistas de tenis en la famosa Mansión Playboy, en la que llegó a organizar torneos, algunos con evidente carga erótica a su alrededor. Hefner también cedió el famoso logotipo de la marca para una línea de raquetas y fundas. Y en ese 1976, la Play Mate de la publicación no fue otra que Patty McGuire, la futura esposa de Jimmy Connors.
 


 

Curiosidades del destino, aquel US Open de 1976, que se jugó sobre pistas de tierra en Forest Hills, lo ganó Jimmy Connors derrotando al sueco Bjorn Borg en una final para la historia. Chris Evert se impuso a la australiana Evonne Goolagong en la final femenina. Estados Unidos dominaba el tenis, pero el tenis dominaba en la sociedad americana.

Fuente: La Vanguardia

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